A Miguel Hernández, asesinado en los presidios de España - Poema de Pablo Neruda

El poema "A Miguel Hernández, asesinado en los presidios de España" fue escrito por Pablo Neruda en 1942 como un homenaje al poeta español Miguel Hernández, quien murió en la cárcel tras ser encarcelado durante la Guerra Civil Española. Neruda, un destacado poeta chileno y activista político, se conmovió por la tragedia de Hernández y su muerte prematura a manos del régimen franquista, lo que lo llevó a componer este poema en su memoria.

El tema central del poema es el dolor y la injusticia de la pérdida de un poeta comprometido con su tiempo y su pueblo. El poema resuena en la actualidad debido a su denuncia de la represión política, la persecución de la libertad de expresión y la lucha por la dignidad humana, temas que lamentablemente siguen siendo relevantes en diferentes partes del mundo en la actualidad.

A Miguel Hernández, asesinado en los presidios de España

LLEGASTE a mí directamente del Levante. Me traías,
pastor de cabras, tu inocencia arrugada,
la escolástica de viejas páginas, un olor
a Fray Luis, a azahares, al estiércol quemado
sobre los montes, y en tu máscara
la aspereza cereal de la avena segada
y una miel que medía la tierra con tus ojos.

También el ruiseñor en tu boca traías.
Un ruiseñor manchado de naranjas, un hilo
de incorruptible canto, de fuerza deshojada.
Ay, muchacho, en la luz sobrevino la pólvora
y tú, con ruiseñor y con fusil, andando
bajo la luna y bajo el sol de la batalla.

Ya sabes, hijo mío, cuánto no pude hacer, ya sabes
que para mí, de toda la poesía, tú eras el fuego
azul.
Hoy sobre la tierra pongo mi rostro y te escucho,
te escucho, sangre, música, panal agonizante.

No he visto deslumbradora raza como la tuya,
ni raíces tan duras, ni manos de soldado,
ni he visto nada vivo como tu corazón
quemándose en la púrpura de mi propia bandera.

Joven eterno, vives, comunero de antaño,
inundado por gérmenes de trigo y primavera,
arrugado y oscuro como el metal innato,
esperando el minuto que eleve tu armadura.

No estoy solo desde que has muerto. Estoy con los que
te buscan.
Estoy con los que un día llegarán a vengarte.
Tú reconocerás mis pasos entre aquellos
que se despeñarán sobre el pecho de España
aplastando a Caín para que nos devuelva
los rostros enterrados.

Que sepan los que te mataron que pagarán con sangre.
Que sepan los que te dieron tormento que me verán
un día.
Que sepan los malditos que hoy incluyen tu nombre
en sus libros, los Dámasos, los Gerardos, los hijos
de perra, silenciosos cómplices del verdugo,
que no será borrado tu martirio, y tu muerte
caerá sobre toda su luna de cobardes.
Y a los que te negaron en su laurel podrido,
en tierra americana, el espacio que cubres
con tu fluvial corona de rayo desangrado,
déjame darles yo el desdeñoso olvido
porque a mí me quisieron mutilar con tu ausencia.

Miguel, lejos de la prisión de Osuna, lejos
de la crueldad, Mao Tse-tung dirige
tu poesía despedazada en el combate
hacia nuestra victoria.
Y Praga rumorosa
construyendo la dulce colmena que cantaste,
Hungría verde limpia sus graneros
y baila junto al río que despertó del sueño.
Y de Varsovia sube la sirena desnuda
que edifica mostrando su cristalina espada.

Y más allá la tierra se agiganta,
la tierra
que visitó tu canto, y el acero
que defendió tu patria están seguros,
acrecentados sobre la firmeza
de Stalin y sus hijos.
Ya se acerca
la luz a tu morada.
Miguel de España, estrella
de tierras arrasadas, no te olvido, hijo mío,
no te olvido, hijo mío!
Pero aprendí la vida
con tu muerte: mis ojos se velaron apenas,
y encontré en mí no el llanto,
sino las armas
inexorables!
· Espéralas! Espérame!

En "A Miguel Hernández, asesinado en los presidios de España", Neruda busca comunicar la tragedia de la muerte de un artista comprometido con la causa de su pueblo, cuya voz fue silenciada por la represión política. El poema toca temas universales como la injusticia, la persecución y la resistencia, que resuenan con los lectores por su capacidad de evocar emociones profundas y despertar conciencia sobre los abusos del poder.

En resumen, este poema de Pablo Neruda es un tributo emotivo a Miguel Hernández y una denuncia de la injusticia y la represión política. Su mensaje sigue siendo relevante en la actualidad por su llamado a la resistencia y la defensa de la libertad y la dignidad humana.

Para más información y autenticidad, los lectores pueden referirse al sitio web oficial de Pablo Neruda: https://pabloneruda.com.

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