Testamento (II) - Poema de Pablo Neruda

El poema "Testamento (II)" de Pablo Neruda fue escrito en un momento de profunda reflexión y contemplación por parte del poeta chileno. Este poema se encuentra en su obra "Confieso que he vivido", donde Neruda reflexiona sobre su vida, sus experiencias y sus pensamientos más íntimos.

El tema central de "Testamento (II)" gira en torno a la idea de la mortalidad y la permanencia de la vida a través de las palabras. Neruda, en este poema, parece estar reflexionando sobre su legado y cómo perdurará a través de sus escritos, a pesar de su inevitable partida.

Testamento (II)

Dejo mis viejos libros, recogidos
en rincones del mundo, venerados
en su tipografía majestuosa,
a los nuevos poetas de América,
a los que un día
hilarán en el ronco telar interrumpido
las significaciones de mañana.

Ellos habrán nacido cuando el agreste puño
de leñadores muertos y mineros
haya dado una vida innumerable
para limpiar la catedral torcida,
el grano desquiciado, el filamento
que enredó nuestras ávidas llanuras.
Toquen ellos infierno, este pasado
que aplastó los diamantes, y defiendan
los mundos cereales de su canto,
lo que nació en el árbol del martirio.

Sobre los huesos de caciques, lejos
de nuestra herencia traicionada, en pleno
aire de pueblos que caminan solos,
ellos van a poblar el estatuto
de un largo sufrimiento victorioso.

Que amen como yo amé mi Manrique, mi Góngora,
mi Garcilaso, mi Quevedo:
fueron
titánicos guardianes, armaduras
de platino y nevada transparencia,
que me enseñaron el rigor, y busquen
en mi Lautréamont viejos lamentos
entre pestilenciales agonías.
Que en Maiakovsky vean cómo ascendió la estrella
y cómo de sus rayos nacieron las espigas.

Este poema sigue siendo relevante para los lectores contemporáneos, ya que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia mortalidad y sobre cómo queremos ser recordados. La idea de dejar una huella a través de nuestras palabras y acciones resuena en un mundo donde la inmortalidad a través de la memoria colectiva es un anhelo común.

En "Testamento (II)", Neruda nos invita a pensar en la trascendencia de nuestras vidas y en cómo podemos dejar una marca duradera en el mundo, incluso después de que ya no estemos físicamente presentes. A través de su poesía, el poeta nos recuerda la importancia de vivir plenamente y de expresar nuestros pensamientos y sentimientos más profundos.

Fuente: pabloneruda.com

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