Oda a la cebolla - Poema de Pablo Neruda

En el poema "Oda a la cebolla", Pablo Neruda nos sumerge en una profunda reflexión sobre la naturaleza de este humilde vegetal y la vida misma. Escrito en 1954, en plena madurez creativa del poeta chileno, este poema se inscribe en la serie de odas que Neruda dedicó a objetos cotidianos, exaltando su belleza y significado simbólico.

La cebolla, en este poema, se convierte en un símbolo de la existencia humana, con sus múltiples capas que representan las distintas facetas de la vida: el llanto, el sabor, la esencia misma de la existencia. A través de la metáfora de la cebolla, Neruda nos invita a reflexionar sobre la complejidad y la belleza que subyacen en lo ordinario.

Oda a la cebolla

Cebolla,
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
Bajo la tierra
fue el milagro
y cuando apareció
tu torpe tallo verde,
y nacieron
tus hojas como espadas en el huerto,
la tierra acumuló su poderío
mostrando tu desnuda transparencia,
y como en Afrodita el mar remoto
duplicó la magnolia
levantando sus senos,
la tierra
así te hizo,
cebolla,
clara como un planeta,
y destinada
a relucir,
constelación constante,
redonda rosa de agua,
sobre
la mesa
de las pobres gentes.

Generosa
deshaces
tu globo de frescura
en la consumación
ferviente de la olla,
y el jirón de cristal
al calor encendido del aceite
se transforma en rizada pluma de oro.

También recordaré cómo fecunda
tu influencia el amor de la ensalada,
y parece que el cielo contribuye
dándole fina forma de granizo
a celebrar tu claridad picada
sobre los hemisferios del tomate.
Pero al alcance
de las manos del pueblo,
regada con aceite,
espolvoreada
con un poco de sal,
matas el hambre
del jornalero en el duro camino.
Estrella de los pobres,
hada madrina
envuelta
en delicado
papel, sales del suelo,
eterna, intacta, pura
como semilla de astro,
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena.
Nos hiciste llorar sin afligirnos.
Yo cuanto existe celebré, cebolla,
pero para mí eres
más hermosa que un ave
de plumas cegadoras,
eres para mis ojos
globo celeste, copa de platino,
baile inmóvil
de anémona nevada
y vive la fragancia de la tierra
en tu naturaleza cristalina.

A pesar de haber sido escrito hace más de medio siglo, "Oda a la cebolla" sigue siendo relevante para los lectores contemporáneos por su capacidad de conectar con emociones y experiencias universales. La exploración de la dualidad entre lo aparentemente simple y lo profundamente significativo resuena con la búsqueda de sentido y autenticidad en la vida moderna.

En última instancia, "Oda a la cebolla" nos recuerda que la belleza y la trascendencia pueden encontrarse en los elementos más simples y cotidianos de nuestra existencia, invitándonos a apreciar la complejidad y la profundidad que se esconden detrás de lo aparentemente trivial.

Este poema, al igual que muchos otros escritos por Pablo Neruda, toca temas universales como la vida, la muerte, el amor y la naturaleza, que pueden resonar con cualquier lector, independientemente de su época o contexto cultural.

Fuente: Pablo Neruda Official Website

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